Ni de acá, ni de allá.

Mi mentira es mi felicidad. Yo era feliz, yo sabía lo que quería, sabía a lo que apuntaba, tenía un objetivo y ahora no sé a dónde voy. Yo perdí el rumbo.
Es como si me hubieran movido el piso, no sé ni donde estoy parado. Si la verdad duele y la mentira es linda, yo prefiero vivir en la mentira.
Nadie me preparó para esto. Nadie me preguntó si quería cambiar el rumbo de mi vida. No estoy preparada para pegar un volantazo así.
Es malísimo, antes sabía quien era, pero ahora resulta que hay otro yo que viene a ocupar mi lugar y no está bueno.
No tengo salida ahora, estoy girando como un trompo. No hay nada peor que estar yendo a ninguna parte.
Ya no se ni que me hace feliz ni que me pone mal, esto es un bardo.
Lo único bueno de no ir a ninguna parte es que en el camino te podes encontrar con una fiesta.